Tener a los niños entretenidos ante la pantalla de la tablet o el móvil mientras comen resulta cómodo (para nosotros), Dejarles hipnotizados con el Musically, el Fortnite y los directos de Vegetta o Willy Rex en YouTube es un método bastante eficaz de neutralizarlos mientras nosotros, padres exhaustos, nos dedicados a nuestros quehaceres.
"Han nacido con un dispositivo en la mano". "Todos lo hacen". Nos autojustificamos para quitarnos ese sentimiento de culpa que nos golpea internamente, porque sabemos que el tema se no está yendo de las manos... ¡a todos! Por si nos faltaran argumentos para hacernos sentir peor (con razón), ahora llega un nuevo estudio que nos confirma el desastre. Realizado por investigadores del Healthy Active Living and Obesity Research Group del Hospital Infantil de Ottawa (Canada), en él se nos pega un tirón de orejas planetario, advirtiéndonos de que el estilo de vida que llevan nuestros hijos puede repercutir directamente en su desarrollo intelectual.
En el informe, publicado el pasado 26 de septiembre en Lancet Child & Adolescent Health, los expertos señalan que infancia y adolescencia son "dos periodos cruciales en el desarrollo del cerebro y todas las acciones que se realizan durante las 24 horas del día afectan a su rendimiento intelectual".
También identifican las tres conductas clave para aumentar la fortaleza de sus neuronas: realizar un mínimo 60 minutos de actividad física al día; dormir entre nueve y 11 horas por la noche y no pasar más de dos horas diarias frente a una pantalla.
¿Fácil? Eso parece, en la teoría. En la práctica, los españoles cojeamos en, al menos, una de estas patas que garantizan la buena salud intelectual de los más pequeños. Según datos del Consejo Superior de Deportes (CSD), el sedentarismo alcanza ya el 73% en la población infantil.
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